lunes, 20 de septiembre de 2010

20.09.10

Y se me asemejan las manos raíces en mi cerebro y anclaba la izquierda en la tierra conectandome orgánicamente a la arcilla,al hierro,a la sal. Eso es todo lo que ansiaba la conciencia de ser en mi. Que por mis venas mineralizadas discurriesen los deseos de volver a crearme y no ceñirme más en las correas de la noche. Y es así,teniendo el alma erguida,que comienzan a palpitar haces de luz en la mirada y las piernas se catalejan metros para alcanzarme. Y es asì que el dìa se vislumbra allá,lejos,pero al fin hay una esperanzada imagen de lo que debí ver en mi.

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