sábado, 25 de junio de 2011

Embriagaos. Charles Baudelaire ( 1821-1867)

Es preciso estar siempre ebrio.Esto es todo:la ùnica cuestiòn.Para no sentir la horrible carga del tiempo que desgarra vuestro hombros y os inclina sobre la tierra,es preciso embriagarse sin tregua.
Pero de què? De vino,de poesìa o de virtud,como os parezca. Pero embriagaos.
Y si alguna vez,en las escaleras de un palacio,en la verde hierba de una zanja,en la triste soledad de vuestro cuarto,os despertais,disminuida o desaparecida ya la embriaguez,preguntadle al viento,a la ola,a la estrella,al pàjaro,al reloj,a todo lo que huye,a todo lo que gime,a todo lo que rueda,a todo lo que canta,preguntadle què hora es,y el viento,la ola,la estrella,el pàjaro y el reloj os responderan:"Es la hora de embriagarse!Para no ser martirizados,esclavos del tiempo,embriagaos,embriagaos sin cesar! De vino,de poesìa o de virtud,como os parezca"

martes, 21 de junio de 2011

Henri Cartier-Bresson (1908-2004)



Recordando a Botticelli. Me encanta la comunicaciòn de las manos y el recelo en sus ojos como si la càmara les fuese a robar su poca belleza,parecen protegerse con esta perfecta solidaridad en su aseo.
En ocasiones Cartier-Bresson ha jugado con una cierta ambiguedad en sus fotografìas,mujeres que parcen hombres,hombres que parecen mujeres,lo caotico de la ciudad se vuelve ordenado en formas geomètricas incluso detiene el tiempo. Parece interesarse por buscar lo contrario,lo que existe del otro en el uno.

domingo, 12 de junio de 2011

El paso permanente. Juan Gil-Albert (1904-1994)

Cada cual lleva dentro,
mientras vive,
una vida segura.
Que ha de perder:
una vida insegura.

Se le ha enseñado al hombre esta premisa
de su existencia?

Se le ha dicho:
tu vida es sólo ahora,
y nunca más?

Para que tiemble,sí
Para alentarlo,no.

Se le ha dicho:eres polvo.
Y que no es nada.

Se le ha mostrado el mundo como un trono
de maderas podridas.

Y en sus leves andamios
se le repite como a un niño
que nada sabe:
que te vas a caer.

Eterno retornelo malogrado:
no somos nada.

Y es por eso que el hombre ha construido
entre el miedo y el ansia
tanto vergel secreto,
tanto sueño anhelante,
tanta gloria,
tanta ruindad.

Pero lo que debiéramos decirle
es:que es.

Que ese pequeño gesto inapreciable
es su vida mortal.

Que vivir es más dulce que las mieles
más amargas.

Y que su lento paso pensativo
vale más que las nubes
y que la eternidad.

Que su breve cerebro
es un mensaje único.

Y que podrá cerrarlo como un libro
cuando llegue el fin.
Si le decimos esto
no es que se pondrá alegre,
pero meditará,
saldrá de su escondite primitivo,
contemplará la vida en su grandeza,
el azul portentoso en su misterio.
Dará razón de ser lo que parece,
un ser leve y feliz,
que se traslada y sufre,
que labora cual hormiga o abeja,
mucho mejor,
que ilustra al orbe,
que canta acompañado de instrumentos
que al ruiseñor sorprenden,
y hasta puede elegir entre los suyos,
con consciente delirio,
a quien quiere tener por compañero
de vecindad y amor.
Còmo evitar entonces que se alumbre
la sonrisa en su labios?
No es el mayor secreto de la vida,
sonreír?
Pues he aquí que el hombre ya ha podido
mostrar su rostro claro,
su levedad graciosa,
su vestigio.
Y si todo no fuera sino nada
alguien tendrá guardado el gran espejo
donde los hombres vamos repitiendo
con ventura o sin ella,
con un benigno don o ceño triste,
cada cual su figura permanente,
su relámpago actual.

jueves, 9 de junio de 2011

"A diferencia de la sorpresa,que es un goce momentàneo y que requiere de la ignorancia de quien la recibe,el asombro es siempre hijo de la inocencia,que es tambien una ignorancia,pero una ignorancia que no es falta,es sobra de todo lo que en esencia no hace falta"
Josè Mateos 2004. Pròlogo de "Concierto en mì" (Antologìa poètica) de Juan Gil-Albert.

lunes, 6 de junio de 2011

El cofre.George Rodenbach (1855-1898)

Mi madre,para sus dìas de duelo y de inquietud,
conserva,en un cajòn secreto de su còmoda,
un pequeño cofre de hierro mohoso,pasado de moda,
que me ha mostrado sòlo dos veces hasta ahora.

La caja es fùnebre y maciza,como un fèretro,
y contiene los cabellos de sus parientes muertos.
En bolsitas amarillas de penetrantes perfumes,
que a veces,por las noches,besa pensativa.

Cuando murieron mis rubias hermanas,lo abrieron
para guardar en èl dos bucles rizados y unas làgrimas.
Ay,de ellas sòlo conservamos unas cadenas rotas
y los dos anillos de oro que metimos en el cofre.

Y de ti,pues toda la frente hacia la tumba se inclina,
oh madre,cuando se acerque el dìa inevitable,
yo guardarè tambien en ese mismo cofre de hierro
unos cabellos tuyos,algunos mechones blancos!



Desgarrador pero nìtido. Esta es la herencia de los pesares de los ùteros,a su imagen y semejanza crecemos y no pueden esperar màs que cofres de hierro mohosos. El autor la sobrevive,no como sus rubias hermanas y le paga con la misma moneda de recuerdos rancios y oxidados. Esperemos mejor suerte para una.