sábado, 17 de septiembre de 2011


A,B,C,D y vuelta a empezar. Se te escapa esa última y pequeña idea, casi diminuta ya. La ves fluir, vuela, vuela, se eleva. Arrastras la zarpa, pesada, para poder cogerla pero es tan líquida que se te escapa entre los dedos. Mira a esa pequeña. Lo tiene todo. Lo tenía todo. Mìrala y nos mira como si la hubieses abandonado en la más dejada soledad, el olvido. Pero, es sólo mía la culpa? No, me obligaron, arrastraron trozo a trozo mi carne hasta la distancia suficiente para no dejarme ver las mariposas de su cara y, yo puse resistencia? Palabra inexacta, me revolvì, levanté la tierra, me retorcí al nivel del torbellino, me hilé diosa del aire, me cerré toda, me envolví y creé de nuevo la noche, yo le puse un nuevo manto negro, yo cosí relicarios de otros poetas y la adorné de nuevas estrellas, sí,l uché, mordí, me troncé todas las uñas, casi hice desaparecer los dedos, casi me fundí de llanto ante el esfuerzo, en algún momento desprendía tal calor...Tanto calor que me quemé los ojos, pero no los ojos hacia delante si no los ojos hacia atrás. Aquel pelele que ya era, sangre toda, cadenas sueltas, mechones sueltos de cabellos, gris ya, ya no alma, ya no mente, algún diente, lamentos, yo toda así, me llevaron hacia el otro lado, apartada de tí, un lado muy cuadrado, un lado fuera...Pero qué dolor tan grande se respira aquí, solo tú, niña mía, puedes entenderlo, sòlo tú sabes lo que es porque lo sufres y además tan partida como yo, tan desgarrada;. Pero no importa, no, no importa ya, lo volveré a intentar.