Caminando por las pieles de los bosques, por ráfagas de piel, el viento huele a tu nombre y se me enreda el pelo. Ya se ve, allá lejos, una figura borrosa, difuminada, que avanza hacia mis alas-pies, chasquidos blandos sobre blandos mantos. Se acerca en 1, 2, tres y ya. Ya me sumerjo en tus ojos, ya me inundo en tu boca, ya tu nombre sopla en el cuello. Hago una cama para que duermas, cansada el alma de caminar cansado, de caminar hacia mí y ahueco el pelo hecho regazo.
thereisnoplacelikehome
domingo, 21 de abril de 2024
sábado, 3 de junio de 2023
domingo, 31 de julio de 2022
domingo, 13 de febrero de 2022
Epitafio para una muchacha
Porque te fue negado el tiempo de la dicha tu corazón descansa tan ajeno a las rosas.
Tu sangre y carne fueron tu vestido más rico
y la tierra no supo lo firme de tu paso.
Aquí empieza tu siembra y acaba juntamente
-tal se entierra a un vencido al final del combate-,
donde el agua en noviembre calará tu ternura
y el ladrido de un perro tenga voz de presagio.
Quieta tu vida toda al tacto de la muerte,
que a las semillas puede y cercena los brotes,
te quedaste en capullo sin abrir, y ya nunca
sabrás el estallido floral de la primavera.
María Victoria Atencia, Cañada de lo s ingleses.
domingo, 7 de febrero de 2021
martes, 12 de enero de 2021
Campo verde, tierra húmeda
Álamos, camino, flores diminutas como lunares de una falda, como sedas, como musgo, los pies entre las eras del campo, del campo. Del campo, Maria del Campo recorriendo sierras, mirando atrás, siempre mirando atrás, relamida de pasiones de otros, así no funciona nada, así no temo nada, así no estropeo nada y dejo de rellenar hojitas pequeñas con miles de colores.
Yo dibujaba paisajes para mi madre, llenos de verde, llenos de cielo, pero un día dejé de dibujar campos, pinté un folio garabateado y lo entregué. No le gustó y nunca más volví a hacer dibujos para mi madre.
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