miércoles, 28 de febrero de 2018

Yo tengo dos padres, uno en silencio y otro que encotraba en cajones, que bailaba y mezclaba sabores en libretas, que soñaba y dibujaba caleidoscopios sin salirse de la linea. Pero se quedó mudo. Levantó una mesa con fronteras y se aisló.
Aun así, mi padre me dejó sus ojos, yo he esperado la vida siempre a través de sus ojos.
Abandoné el silencio y le di pies,
bailé sus lineas, pinto sus colores,
sus miradas de sabores,
bailé, bailé y ando,
le doy a su voz silencio de bulerías y de tangos.