martes, 30 de diciembre de 2014

Ayer me sentía quebrada

como las patas negras de una araña,
inclinado el cuerpo hacia la orilla,
solo mi reflejo frío bailaba.
Lo que creía luz,
era una puerta cerrada.
Lo que es ayer,
es hoy y es mañana.
En los abrazos, desnudas las heridas,
saciaban los llantos, las yagas cerraban.
Pero las noches se alargaban
y lentos los pasos las huellas se hacen fe.
Y al caer...
de rodillas, los pies
se rinden al anochecer.
De rodillas callan las palabras.
Y es andar, andar, andar,
camino, camino, andar,
senderos, montes, pinar...
Pero entre los abedules
ya no duele más
y te miras protegida
y te das a la desidia,
por eso te paras
y dejas que el mar acabe en la orilla.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Un.. Dos.. Tres...
Tras!
Un.. Dos.. Tres...
Tras, tras!
Un, dos, tres!
Tras.. Tras.. Tras... tras- te, contraste. 
Te encontraste!

Si no tuviera que domarla,

conmigo la traería.
Conmigo la traería,
si no tuviera que armarla,
amiga.
Como el viento viene y va,
así van los besos que daba,
y ahora que no me los da,
solo quiero sus migajas.
Sus migajas quiero,
amiga,
por muy pocas,
por amargas,
y así poder sentir al viento
por debajo de las faldas.

domingo, 28 de diciembre de 2014

20 de Julio

Desidia, no pienso, semilla, lo intento...envidia, lo acepto. Morriña, no encuentro...
Dame calor, el cuerpo, dame sudor, despierto, mis poros abiertos, los ojos desiertos.
Dale las alas a este pobrecito músculo yerto, de no bombear ya se oxidan las venas y todo suena pero no se acerca.
Estoy despierta de que no me quieran, de que no me abracen, de que no me quieran...
Estoy desierta de lametazos, me vuelvo capa de arena.

lunes, 22 de diciembre de 2014

16 de diciembre. A Sitra la "más mejor"vida del mundo.

                                                                                                                                                               
Se  te (me) va el alma                                            
marcando las horas...
de respirares (secos y profundos) > Miguel Hernández
de en mis mares secos y difusos,
que tenían las auroras contigo
un sabor moreno de querer, de hogares
y un reconfortar de sopas.

Bailando el corazón
se nos pasaban las horas abrazadas.
Tú, calor.
Yo te calmaba.
Yo, silencio interior.
Tú, mi bufanda.
Y así un toma y daca, un tumba y dale, un hoy por ti y un mañana,por mí, toda una manzana.

Adiós. Hasta mañana.