lunes, 29 de diciembre de 2014

Si no tuviera que domarla,

conmigo la traería.
Conmigo la traería,
si no tuviera que armarla,
amiga.
Como el viento viene y va,
así van los besos que daba,
y ahora que no me los da,
solo quiero sus migajas.
Sus migajas quiero,
amiga,
por muy pocas,
por amargas,
y así poder sentir al viento
por debajo de las faldas.

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