jueves, 12 de julio de 2012

LA IMPOTENCIA.Juan Gil-Albert

Pensar que he de morirme sin decirlo,
sin decir no se què,lo que me importa,
lo que habrè sido yo,nada concreto,
como una exhalaciòn.
¿Pero de què cariz,de què moneda,
de què intenciones?
A veces me sorprendo como un àngel,
hace de esto ya tiempo.
Como un àngel sin alas
que no sabe volar pero que sabe
que algo se juega aquì màs venturoso
que el celestial mensaje;venturoso
por lo que tiene en cambio de aflictivo
y de fugaz.
Otras,me desespero lentamente,
porque todo me pesa como un plomo,
como una maldiciòn màs bien airada
que no comprendo.
Pero lo màs corriente es ser un hombre
como todos los otros,
y pasar las jornadas pensativo
sin darme cuenta apenas de lo que pienso,
tal es el privilegio que consume,
tan sin pena ni gloria,
la humanidad flotante.
Y sin embargo yo soy otra cosa,
es decir otra cosa como todos
son cada cual distintos.
Es como si notara que algo tengo
que decir y no acierto lo que es.
Una expresiòn de algo que me aqueja
pero de un cierto modo me mantiene
lleno de fe o de fuego.
Se nota que el vivir es cosa viva,
y acaso incomparable.
Haber venido aquì por poco tiempo
y registrar la extraña maravilla
de cuanto vemos,luces,
el paso silencioso de los rìos,
las perfectas ciudades de los hombres
y sus empresas duras,tan ingratas,
todo es tan dulce.
Se dirìa que sòlo el sufrimiento
aviva la virtud,
y que porque sufrimos dulcemente
no quisièramos irnos,
cual si la recia espina de la vida
diera un olor a rosa.
Tal vez no es tan asì,
pero me lo recuerda.
¿Es que,acaso,venimos a decirnos
cada cual su verdad?
¿Serà nuestra misiòn comunicarnos
nuestra porciòn indemne?
¿Mostrar que cada cual es dueño sòlo
de una ambiciòn?
Eso,a veces,se piensa.
Y cuando no sabemos expresarnos
porque como un ciclòn concurre todo
dentro de nuestro ser buscando un labio
por el que concretarse claramente,
sentìmonos tan solos,
tan poco socorridos,
que deponemos toda la esperanza
de decir lo que sea,
y hacia dentro,muy lejos,regresamos,
a un tesoro de sombras,
con impotente majestad.