sábado, 25 de abril de 2020

Qué luz es esa que traspasa las puertas y amanece mis ojos? Una marta se apoya en mi ombligo, dos golondrinas duermen a mi abrigo.
Esquilmo mi cuerpo, no hay huellas contando los lunares. No hay rastro de ti. Se han evaporado las palabras que mordías en mi piel, aquellos mantras divinos. Ya no me asomo a tu boca.
Y levanté el vuelo en la caricia de tu pelo.

miércoles, 22 de abril de 2020

Me gusta esa playa de lunares en las faldas de brisas de camisa blanca que bailan el pelo y te lo recoges o le dejas rezar tus labios. Ya me asomo en ellos. Ya te trepo. De tu garganta, los corales, ya resuenan los timbales, ya flotan las telas, se escapan las manos, salgo volando entre tus muelas. Aprieto el ceño, el cuello. El eterno universo de tu voz como el cielo en la noche lleno de estrellas. Es allí flotando de amor, recogiendo notas, alimentándome de ellas como granitos de arroz.