Tu boca...
Qué escalera hasta alcanzarte!
Tus ojos...
Qué segundo en mi reflejo!
Riá-pitá, riá-pitá! Laten los palillos.
He recogido un cabello,
en su expresión, rendido.
Lo traigo como a un rosario.
Qué tesoro entre mis dedos!
Riá-pitá, riá-pitá! Los palillos secos.
La luna bañó tu manto
como se encalan los pueblos
y no cabía más mar en mis ojos
surcando tus ojos negros.
Riá-pitá, riá-pitá! Me muerden los palillos.
Ceñido de rojo,
tacón moreno,
bebo en tus lágrimas de bailes,
de bailes bebo,
de sabor de flores,
de duelo.
Riá-pitá, riá-pitá! Los palillos, tus besos.
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